Un crossover: De Landry a Flick, de Cruyff a Toni Nadal y un Draft de la NFL

El pasado 17 de febrero, el Fútbol Club Barcelona jugó un partido de liga contra el Rayo Vallecano con la ausencia en el once inicial de uno de sus jugadores titulares e indiscutibles para Hansi Flick, Jules Koundé. La causa: haber llegado tarde a la charla previa del encuentro. Pero éste no fue el primer incidente; Koundé ya había sido suplente en un partido contra el Alavés por la misma razón.

Flick, al ser preguntado, fue claro en su postura, afirmando que la puntualidad es una cuestión de respeto hacia el equipo y el trabajo. Según el técnico alemán, “no es tan difícil presentarse a tiempo, es una cuestión de respeto“. Esta firmeza es parte de su enfoque para mantener la disciplina y el orden dentro del equipo. Es una cuestión de respeto y de tener la mente limpia para ejecutar cualquier disciplina, deportiva o no.

Que el deporte, cualquiera que este sea, pasa antes por el cerebro que la mera ejecución nerviosa de nuestro cuerpo es algo que no debe sorprender a nadie, si bien se tiene como algo natural y entendible.

Diario Sport

“El fútbol es un juego que se juega con el cerebro. Tus piernas son solo herramientas.” Este pensamiento de Johan Cruyff lo relacionaba con todo en el fútbol, especialmente cuando se hablaba de la visión de juego, que implicaba una lectura de los factores de un partido entendiendo los movimientos del rival, y esto daba lugar a la anticipación, poder predecir las jugadas y los movimientos, no solo del oponente, sino de los propios compañeros para lograr una mayor eficiencia en el juego. Pero pensemos en algo más de lo que el técnico holandés también hacía bandera, la disciplina mental. El hecho de tomar decisiones dentro de un partido y acertar en ellas, no puede ser más que la consecuencia de lo que él llamaba hábitos y disciplina. Cruyff no era solo un innovador, su forma de entrenar con rigor y diciplina es otro pilar fundamental en su filosofía. Nadie puede tener la cabeza para jugar si en ella hay desorden. Para él, la disciplina era mucho más de lo que la gente pensaba, no se aplicaba directamente en el campo, donde decía aquello del “salid y disfrutad”, pues el verde era el pliego donde se vertía el talento combinado con aquellos inconscientes hábitos de las sesiones diarias de entrenamiento como en la vida diaria de los jugadores que finalizaban en el respeto mutuo. De ahí también proviene su famosa frase de “la ley me impide castigar a Romario como yo quisiera”, aquel díscolo jugador, poco disciplinado y carente de solidaridad grupal que gozaba de un talento individual extraordinario pero que tan difícil era de gobernar para tantos entrenadores como el propio Johan o el mismo Luis Aragonés en el Valencia C.F..

Pero esto no es nuevo. Hace no mucho, el propio Toni Nadal resaltaba la importancia de la consistencia en el entrenamiento. Según él, “sin disciplina, el talento se desperdicia. La consistencia en el entrenamiento es lo que transforma a un buen jugador en un gran jugador”. Además, Toni subrayaba que la disciplina ayuda a los jugadores a superar los momentos difíciles y las derrotas. Enseñó a su sobrino a mantenerse enfocado y a seguir trabajando duro incluso cuando las cosas no van bien. “La disciplina no es solo para el entrenamiento; es una forma de vida. Mantener buenos hábitos te prepara para rendir al máximo en todas las áreas”.

Y todo ello es más viejo que el Matusalén de los 969 años bíblicos. Y es que en el fútbol americano tenemos, en el entrenador de los Dallas Cowboys durante 29 años, Tom Landry, el ejemplo perfecto, como el de Flick y Koundé.

Los años 70 fue una gran década para los Dallas Cowboys bajo la dirección de Landry. En 1970 perdieron el Lombardi contra los Baltimore Colts pero lo ganaron al año siguiente en el Super Bowl VI. Solo un año de esa década no clasificaron para playoffs(año 74), 6 finales de Conferencia, 4 presencias en Super Bowls y 2 Lombardis. En el 75 perdieron el Super Bowl X contra los Pittsburgh Steelers y en 1976 perdieron en ronda divisional contra Los Ángeles Rams. Recordemos que la ronda de Wild Card no se estableció en la NFL hasta 1978 con un equipo por conferencia aunque luego en los 90 se ampliase a dos. Y hasta aquí quería llegar, el año 1977 y el draft de ese año.

En 1976, el equipo de Dallas intentaba mejorar su ofensiva de carrera para poder complementar su juego por aire. Aunque contaba con muy buenos corredores como Robert Newhouse y Doug Dennison, necesitaban un atleta excepcional que pudiera mejorar su ofensiva. Ante ello todas las miras estaban puestas en un running back que había marcado una época en el football americano universitario con los Pittburgh Panthers.

Tony Dorsett, jugó con Pitt alcanzando las 6,082 yardas por tierra y rompiendo el récord que la NCAA poseía hasta aquel momento. En 1976, fue premiado con el Trofeo Heisman, el Maxwell Award, el Walter Camp Award y el Jugador del Año para Sporting News; además de esto, fue un jugador All-American. Ese mismo año, llevó a los Pittsburgh Panthers a un campeonato nacional con récord sin derrota de 12-0. Su éxito tuvo respuesta en la NFL.

Conociendo la importancia del juego de carrera por aquel entonces y teniendo los Cowboys el pick n.14 para el Nfl Draft de 1977, era demasiado aventurar entender que, con ese número de selección, Dallas tendría opciones para hacerse con los servicios de Dorsett a la vista de tales números. Pero claro, no solo estaba Dorsett, también Ricky Bell de USC. Éste no se quedaba corto, liderando la nación con 1.875 yardas por tierra en 1975, récord de yardas en un partido en 1976 con 347 contra Washington State, All American unánime en 1975 y 76, jugador de la PAC8 en 1976, trofeo Pop Warner, Trofeo W.J.Voit Memorial acabando tercero en el Heisman en 1975 y segundo en 1976 detrás de Dorsett. Fue líder y formó parte del equipo de USC que ganó el campeonato nacional en 1974.

Pero antes del Draft todos intuían que Tampa, que tenía en su poder el número 1 de las selecciones en el año 1977 por haber finalizado la temporada con un récord de 0-14, iba a seleccionar a Ricky Bell. ¿Por qué? Porque en los Bucs estaba John McKay de Head Coach quien había entrenado a Bell hasta 1975 en USC y lo tenía por un gran corredor pero también líder hasta el punto que llegó a decir de él: “Ricky Bell es uno de los jugadores más duros y dedicados que he tenido el placer de entrenar. Su ética de trabajo y su determinación son incomparables”. La historia de Bell que tangencialmente se contó en la revista número 6 de Crónicas Lombardi merece un capítulo aparte, solo vivió 29 años.

Así las cosas, y estando el número 1 decidido, a Dallas le quedaba hacerse con el número 2 del draft que estaba en manos de Seattle Seahawks porque el año anterior concluyó la temporada con un récord de 2-12. La negociación fue dura y Dallas tuvo que entregar además de su pick de primera ronda, el número 14, tres selecciones de segunda ronda (picks 30,41 y 54), convirtiendo aquel 14 en el OL Steve August, y los otros en liniero ofensivo Tom Lynch, Lb Terry Beeson(sería máximo placador del equipo durante 3 temporadas) y el receptor Duke Ferguson.

Ahora sí, el camino hacia Tony Dorsett parecía despejado. Solo puntualizar que Dallas tenía esos 2 picks adicionales en segunda Ronda porque el 30 lo obtuvo tras enviar al receptor Golden Richards a los Bills y el 54 porque trasparon al corredor Calvin Hill a Chargers. Con todo limpio y llegado el día 3 de mayo de 1977 en el Roosevelt Hotel de New York, Dorsett se convertía en un Cowboy.

En esa temporada de 1977, consiguió 1.007 yardas de carrera y 273 yardas de pase acumulando un total de 1.280 yardas en su primera temporada en la NFL lo que le valió, junto con sus 12 touchdowns de carrera y 1 de pase, para ser galardonado con el premio de Novato atacante del año. Tal fue su impacto que en su primer partido de titular en la jornada 9, un 30 de octubre de 1977, contra los Eagles, que corrió para 206 yardas y anotó 2 touchdowns no dejando dudas sobre quien debía ser el corredor titular. Ese año además, los Cowboys ganaron el Super Bowl XII contra Denver por un marcador de 27-10, logrando Dorsett un total de 66 yardas de carrera en 15 acarreos así como un touchdown que fue el primero del partido.

Los años de Dorsett en Dallas sucedían contando más de 1.000 yardas cada ejercicio. Pero desde un inicio se conocieron sus desavenencias y discusiones con Tom Landry. Varias eran las diferencias entre uno y otro. Tom Landry imponía una filosofía muy férrea dejando poco margen a la improvisación, mientras que Dorsett era un alma libre y no le gustaba, aunque acabó entendiéndolo, la filosofía atacante de su HC. En no pocas ocasiones el running back acababa frustrado y no entendía el uso que Landry hacía de él no recibiendo tantos balones como esperaba o bien con carreras sin mucha expectativa de éxito.

Durante su temporada rookie con los Dallas Cowboys, Dorsett se perdió un entrenamiento del sábado después de que un corte de luz hiciera que su despertador sonara demasiado tarde, o esa fue la explicación que él dio y que siempre sostuvo, incluso después de retirado.

Al acudir al estadio el domingo por la mañana se encontró una nota en su casillero que decía que Coach Landry quería verlo.

“Tom Landry era demasiado rígido con la disciplina ante todo, por lo que no iba a aceptar que faltara a un entreno”, dijo Dorsett.

Tras escuchar su explicación, Landry le dijo que no sería titular y que probablemente no jugaría. Dorsett, cuyos padres iban a estar presentes en el partido, defendió su causa, pero sin éxito. “Jugué los últimos tres minutos, más o menos, fue tiempo de la basura”, dijo Dorsett. “Me enseñó una lección muy valiosa: ser responsable. Nunca llegué tarde ni me perdí otro entrenamiento”. Luego tendría otras desavenencias, como un hold out de 1985 provocando la ira de Landry y sus declaraciones encomiando a Dorsett a asumir su responsabilidad de estar con sus compañeros en el training camp. Finalmente con Tex Schramm en la presidencia, negociaron un nuevo contrato de 5 años que acabaron con el reingreso del jugador a los entrenamientos.

Al final, y por mucho que pasen los años, la vida sigue llevándonos hacia los mismos lugares y maneras en el deporte, por mucho que vengan nuevas tecnologías, mientras el esfuerzo dependa del ser humano, de Landry a Flick, solo se contarán años.

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Por Jorge Fernández