@Pasosdebikila


La NFL tiene mil detalles que la hacen una de las ligas más espectaculares y atractivas del mundo. Entre todos ellos, quizás el más llamativo y meritorio es la capacidad que tienen sus equipos para transformarse completamente de un año para otro. Para bien, o para mal, y sin anestesia. Algunos creen que ese mantra de que hay equipos que cambian mucho en apenas meses es más un tópico que una realidad, y no pueden estar más equivocados.

De hecho, la estadística dice que en el 90% de las temporadas hay al menos un equipo que pasa de ser colista de su división a liderarla. Un repaso de todas las temporadas sería agotador, pero si nos fijamos en el último lustro ese dato se cumple, e incluso se queda corto. Vamos a comprobarlo.

TEMPORADA 2018


Los Chicago Bears venían de un decepcionante año (5-11) que les había dejado en el último puesto de la NFC Norte y le había costado el puesto a su entrenador John Fox. Ficharon a Matt Nagy para liderar un nuevo proyecto y el equipo pasó de cinco victorias a doce. O, dicho de otro modo, pasó de ser el peor equipo de su división a ser el mejor. El principal motor de ese cambio fue la fabulosa defensa construida por Vic Fangio y liderada por Khalil Mack que explotó como la mejor defensa de la competición (tercera en yardas permitidas y primera en puntos recibidos).

En los Play Off el destino fue cruel con ellos. Dispusieron de una patada muy asequible (poco más de 40 yardas) para clasificarse para ronda divisional frente al vigente campeón (los Philadelphia Eagles) pero Cody Parkey la estrelló en una carambola imposible contra los dos postes. El equipo nunca se recuperó de aquello.

Aquella temporada no solo la franquicia de Chicago pasó de cero a cien. Los Houston Texans venían de una paupérrima temporada muy lastrados por las lesiones. En la jornada sexta perdieron a J.J. Watt para toda la temporada y apenas dos jornadas después Deshaun Watson también quedaba fuera para todo el año. El equipo apenas pudo ganar cuatro partidos. Al año siguiente, funcionaron como un reloj, la defensa fue mucho más sólida de lo que se recuerda (la cuarta que menos puntos recibió), unido a un buen Deshaun Watson y a un superlativo DeAndré Hopkins (1.572 yardas de recepción) que revolucionaron al equipo que ganó su división con once victorias.

En Play Off tuvieron una aventura corta dado que en el enfrentamiento de wild card se vieron sorprendidos por los Indianapolis Colts de Andrew Luck que meses después anunciaría de forma sorpresiva, y dolorosa, su retirada del football americano.

TEMPORADA 2019


En esta temporada no hubo ningún equipo que pasara de cerrar su división a ganarla, aunque se produjo una transformación aún más llamativa. Los 49ers venían de ser terceros en la NFC Oeste con tan solo cuatro victorias (apenas una más que los desastrosos Cardinals). En esta nueva temporada, resurgieron como un equipo intratable y lograron nada más y nada menos que 13 victorias ¡Nueve más que la temporada anterior! Ese espectacular cambio fue originado por una tormenta perfecta. Por un lado, Kyle Shanahan pudo contar con su quarteback titular (Garoppolo) durante todo el año, única vez que le ha pasado en San Francisco. Y lo aprovechó, su imaginativo ataque fue el cuarto mejor en yardas recorridas y el segundo mejor en puntos anotados. A ese ataque de fantasía se unió una defensa inexpugnable con Arik Armstead, Nick Bosa y DeForest Buckner formando una línea defensiva temible. La combinación produjo un equipo casi imbatible que se presentó en los Play Off como un contender al anillo. Y no era para menos, los 49ers dominaron con solvencia los PO de la NFC y, a falta de siete minutos para concluir la Súper Bowl, acariciaban la hazaña de ganar un anillo viniendo de cuatro victorias. Solo una genialidad de Mahomes, en un magistral pase de más de cuarenta metros a la desesperada en un 3&15, acabó con su sueño.

Pero aquellos 49ers fueron un ejemplo emblemático de que en la NFL todo puede cambiar en muy poco tiempo.

TEMPORADA 2020


Dentro del período de tiempo analizado, este fue el año en el que hubo menos cambios bruscos. Aun así, también apareció una franquicia que pasó de ser la peor de su división a ser la mejor. Los Washington (todavía Redskins en aquel entonces) venían de un patético récord de 3-13 que obviamente les condujo al pozo de la NFC Este. La franquicia quiso cambiar el rumbo y le dio las llaves al sensato Ron Rivera que, en su primera temporada, consiguió el título divisional. Es cierto que su récord fue negativo e impropio de campeón divisional ya que solo ganaron siete partidos. También es cierto que consiguieron el título divisional en la última jornada y ayudados por la criticadísima decisión de Doug Pederson que, en el tercer cuarto, y con todo por decidir, sustituyó a Jalen Hurts por Sudfeld. Al parecer, hizo ese movimiento para ganar tres puestos en el draft y dejar fuera de Play Off a los odiados Giants (al final el que se quedó fuera de los Eagles fue él). Pero no es menos cierto que el equipo de Washington plantó cara en el duelo de wild card (18-16 al empezar el último cuarto) a los mismísimos Buccaneers que, pocas semanas después, ganarían el anillo. Y eso que en aquel partido el equipo de la capital norteamericana no pudo contar con el resucitado Alex Smith que les había liderado hasta esos Play Off.

En cualquier caso, demostraron que un equipo de tres victorias podía pasar al año siguiente a jugarle de tú a tú en un partido eliminatorio al mismísimo campeón.

TEMPORADA 2021


Este año volvimos a disfrutar de un cambio inesperado e impactante. Los Cincinnati Bengals venían de una temporada de cuatro victorias y un quarterback gravemente lesionado con una rotura de ligamento cruzado anterior. Todo el mundo culpaba de su grave lesión a la desastrosa línea ofensiva de los Bengals y el club tenía decidido reforzarla con su primer pick del draft (Penei Sewell era el deseado). Contra toda lógica, y en contra de su propia seguridad, Burrow solicitó a su staff técnico que eligieran en primera ronda a su amigo Ja’Marr Chase. Los Bengals desafiaron a la lógica que aconsejaba mejorar la línea ofensiva y decidieron hacer caso a su estrella. No se equivocaron.

La combinación entre Burrow y Ja’marr Chase revolucionó el ataque de los Bengals. El joven rookie receptor sumaba 1.455 yardas en 81 recepciones ¡18 yardas por recepción! y 13 TD. Los dos amigos transformaron un equipo pensado para ganar más partidos y acercarse a la frontera de los Play Off en un firme candidato al título. El equipo consiguió ganar la durísima AFC Norte y continuó con un camino triunfal en los Play Off de su conferencia, incluyendo una inolvidable victoria en Arrowhead contra los todopoderosos Chiefs.

Se les escapó el anillo en los instantes finales frente a los Rams, pero son el ejemplo e inspiración perfecta para cualquier equipo que venga de una mala temporada.

TEMPORADA 2022


Los Jaguars comenzaban la temporada tras haber sufrido un año calamitoso. La etapa de Urban Meyer fue de las más oscuras que se recuerdan en este siglo a un head coach. Ganaron solo dos partidos, el talentoso Lawrence dejó dudas y el comportamiento del entrenador fuera de la cancha fue desconcertante, por no utilizar términos más gruesos y posiblemente más justos.  A Doug Pederson (que volvía a la NFL tras su polémico final en los Eagles) solo se le pedía en su primer año que pusiera orden y ayudara a Lawrence a desarrollarse. Eso lo cumplió de sobra, se vio a un equipo serio y bien entrenado y a un Lawrence mucho más centrado: pasó de 12 TD y 17 intercepciones bajo la dirección de Meyer a 25 TD y 8 intercepciones bajo la batuta de Pederson. Pero al veterano head coach eso le pareció poco y metió a los defenestrados Jaguars en la ronda divisional. Fue allí, en lo más alto, donde tuvieron su único lunar negro de la temporada puesto que les faltó ambición para llegar incluso más lejos. En cualquier caso, pasar de dos victorias a poder eliminar a los Chiefs en ronda divisional no está del todo mal…como quien dice.

Los datos son objetivos e incuestionables: en el último lustro cinco equipos pasaron de ser el peor de su división a ser el mejor a la siguiente temporada. Y un sexto equipo pasó de cuatro victorias a trece. Por si fuera poco, dos de esos sorprendentes equipos se plantaron en la mismísima SB y ambos rozaron el anillo que se les escapó en los últimos instantes del partido.

El año pasado, Jets, Browns, Texans, Broncos, Commanders, Bears, Falcons y Cardinals fueron los colistas de sus respectivas divisiones. Nadie debería descartar que, al menos uno de ellos, remonte completamente su situación y acabe este año liderando su división y quién sabe si incluso llegando a la SB.

En la NFL todo puede pasar, todo puede cambiar; en la NFL, a menudo los últimos serán los primeros…

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Por Ignacio Muñoz Delgado


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