Vamos a ser honestos: tu equipo te decepcionará la temporada que viene. Ahora vives (vivimos) un proceso lleno de alternativas, terreno para conquistar. Hoy, vamos a llegar a playoff. Hoy, podemos aspirar a la Super Bowl. Hoy, vamos a ganar la Super Bowl. Hoy, hoy… ¿Mañana? No existe. Es meritorio como la NFL es capaz de distorsionar la realidad y hacer de la offseason un camino lleno de ilusión y esperanza, cuando la realidad es que solo un equipo va a ganar y solo otro puñado dejará satisfechos a sus aficionados. Rápidamente olvidamos el escaso porcentaje de temporadas felices (excepto si eres aficionado de los Patriots) y nos lanzamos a abrazar un futuro vestido de éxitos y reinicios. Esta es la buena, nos decimos. Estamos empezando algo serio, nos autoconvencemos. La triada combine – free agency – draft es el corazón de la NFL. Su verdadero motor. Sin ella, no se explica el crecimiento que vive. Es la casilla de llegada y salida donde nos lamemos las heridas, nos miramos al espejo y nos decimos que no somos tan feos, que quizá conseguimos algo, que p’alante y a comernos el mundo, figura.  

# Siempre hay una excusa contra el racismo

Pero de tanto mirarnos al espejo nos olvidamos de que no somos el centro del mundo y tendemos a verlo todo desde nuestra butaca, desde nuestro privilegio. Este es un espacio de NFL y no quiero aburrir con cuestiones socio-estructurales. Algunos dirán que no se debe mezclar política con deporte, sin darse cuenta de que decir que no se debe mezclar política con deporte ya es mezclar política con deporte. Porque todo es política. La ausencia de discurso político es política, normalmente alineado con el status quo. 

Eric Bieniemy no es entrenador de la NFL porque es negro. O, dicho de otro modo, si fuera blanco estoy convencido de que tendría trabajo. Solo 5 de los 32 entrenadores jefe son negros o pertenecientes a la minoría, cuando más del 70% de jugadores son negros. Aquí hay un desequilibrio evidente, una falta de representación alarmante. Pero el embudo viene de más abajo. Si miramos los coordinadores ofensivos, solo tenemos 2 negros de 29, con tres vacantes. Muy diferente con los coordinadores defensivos, donde tenemos 13 negros de 29 (con tres vacantes). Este desequilibrio llama la atención, y seguramente se deba al prejuicio que conlleva uno y otro puesto. Uno, creativo, el otro, destructivo (aunque, si ahondas un poco, la defensa tiene muchísimo de creativo).  



Se utiliza casi cualquier argumento para justificar lo de Bieniemy. Que si es el que lleva los cafés a Andy Reid, que si no hace buenas entrevistas (argumento que yo mismo he usado en Pepe Diario), que si ningún equipo dejase de contratar a un buen entrenador por su color de piel, que si, que si, que si… Siempre hay un «que si…» contra el racismo (o contra cualquier desigualdad social) antes que callarnos, dejar de mirarnos el ombligo y hacer un poco de autocrítica. 

El racismo es estructural, emana de los poros de la piel de nuestra sociedad. Que solo haya dos coordinadores ofensivos negros debería llevarnos las manos a la cabeza. El techo de cristal es evidente. Sí, algunos intentarán explicar que hay tan pocos porque la mayoría vienen de ser entrenadores de quarterbacks que a su vez han sido quarterbacks, tradicionalmente blancos. Tienen razón, pero precisamente ¿hay mejor definición de racismo estructural?

Bieniemy se ha tenido que marchar a Washington para demostrar que se merece un puesto, sobreesfuerzo que muchos entrenadores jefe anteriores no han tenido que hacer. A mí no me parece un tipo que haga malas entrevistas: 


# Apuntes de la combine

Últimamente siento que la combine es como una boda, importa todo lo que la rodea menos la ceremonia. Si bien Richardson y González no estarán de acuerdo, los equipos cada vez manejan más información y no necesitan tanto este evento. Se convierte una excusa para montar toda una feria alrededor, gracias a unos prospects que no están a salario de la NFL y les hacen la fiesta, como si al DJ de nuestra boda le decimos que venga gratis que quizá le contrate algún invitado. Más allá de este abuso corporativo, que se extenderá a sus años rookies con contratos ridículos (un día hablaremos de lo perjudicial que es este sistema para los Running backs) sí hay unas cuantas cosas a destacar:  

– Uno de los test menos conocidos, pero más importantes que se llevan a cabo en la combine es el S2 cognition test. Una prueba que mide la capacidad de asimilar información en el menor tiempo posible. El atributo principal para convertirte en un quarterback de la NFL. Mediante rondas rápidas los prospects deben identificar elementos en pantalla, procesarlos y dar una respuesta rápida. Curiosamente, el año pasado Brock Purdy se colocó en el percentil 90 (es mejor que el 90% de los que hacen la prueba). Lo desvela The Athletic en este artículo: 


– Pese a que a todos nos gusta ver a los líneas ofensivos correr la prueba de 40 yardas, esta nos da muy poca información sobre su posible futuro. Es mejor poner el foco en la prueba de 20 yardas shuttle. 24 de los 28 que consiguieron menos de 4,47”, fueron drafteados y estos 24 jugaron el 84% de los snaps. 



– Paralelo a la Combine tuvo lugar la big data bowl, el evento anual de analytics que consiste en una competición sobre un tema en concreto a partir del tracking de jugadores, donde se mide la posición, velocidad y aceleración de cada jugador en cada instante de un partido. Años anteriores se estudió las coberturas defensivas, el papel del running back en el juego terrestre (de donde salió la métrica Rushing Yards Over Expected) o el de los Kickers y la probabilidad de acierto. Muchos de los finalistas han acabado trabajando para un equipo NFL. Este año se ha centrado en las trincheras, en las presiones en el juego de pase. El equipo ganador, canadiense, creó tres métricas: Continuous pocket pressure (CPP), Offensive and defense pocket life expectancy (OPLE y DPLE) y Surplus pressure (SP). En resumen, se evalúa en cada jugada la presión instantánea del box (medida de 0 a 100), a partir de ella se crea el tiempo de supervivencia de cada unidad (la OL para evitar la presión y la DL para conseguirla) y se identifica qué jugador contribuye más a esta presión respecto a un jugador de remplazo. 

@Unmalkicker

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