Está claro que, al hablar de running backs, los grandes aficionados al fútbol americano, entre los que se cuentan ya muchos seguidores españoles, tienen una relación de amor-odio cuando llega la hora del draft. Amor a la hora de draftear su equipo de fantasy; odio exacerbado cuando se les menciona la posibilidad de que un corredor salga elegido entre los primeros diez jugadores del draft real.

Y, a propósito de Bijan Robinson, me pregunto: “¿por qué?” ¿Por qué en ninguno de los principales mock drafts el running back de la Universidad de Texas ni siquiera aparece entre los primeros quince? ¿No hay equipos que lo necesiten cuando solo nueve corredores superaron las 1.100 yardas terrestres la pasada campaña? ¿Por qué Breece Hall y Kenneth Walker, los dos primeros corredores elegidos, cayeron hasta la segunda ronda en el último draft, al igual que Derrick Henry en 2016?

Estoy muy de acuerdo con el argumento de que la durabilidad de los running backs en la NFL de hoy en día es muy cuestionable, de que muchos no rendirán más de tres o cuatro años. Lo que sucede es que este punto giraría más en torno a si hemos de renovarlos, pero no al hecho de draftearlos. Yo diría: “dame tres o cuatro años buenos y después busco otro”. Creo que no tiene sentido que equipos como Arizona, Detroit o Chicago, por poner ejemplos, dejen pasar la oportunidad de elegir a Robinson. Los equipos pueden “correr un riesgo” con un quarterback. Vaya si lo corrieron Jets y 49ers hace dos años con los picks segundo y tercero, eligiendo respectivamente a Zach Wilson y Trey Lance, por el que San Francisco prácticamente hipotecó la franquicia, pero es imposible que lo hagan por un running back.

Está claro que si el pasador funciona, tienes un conjunto competitivo para muchos años, pero está demostrado que un corredor puede causar un gran impacto en un ataque desde el primer partido y que, en muchas ocasiones, ha sido capaz de dar la vuelta al programa de una entidad llevándola a ser competitiva con su sola presencia. Ya sé que el fútbol americano no es el mismo, pero, por poner ejemplos, el giro positivo que dieron a sus franquicias Earl Campbell, seleccionado con la primera elección del draft por los Houston Oilers en 1978, y Barry Sanders, elegido once años más tarde por los Detroit Lions con el tercer pick general, es indiscutible. Hoy en día Campbell y Sanders caerían probablemente a la segunda ronda o serían, como mucho, una elección baja de la primera. ¡Y qué decir de Henry! La historia de los recientes éxitos de los Tennessee Titans lleva grabada su nombre a fuego. Fue la elección número 45 de hace siete años. ¡Sí, la 45! Muy poco que añadir…

Yéndonos al último draft, podemos analizar los casos de Hall y Walker, elecciones número 36 (Jets) y 41 (Seahawks), respectivamente. Hasta que cayó lesionado su corredor novato, los neoyorquinos ostentaban una marca de 5-2. Sin Hall, los Jets fueron capaces de ganar solo dos partidos. El impacto de Walker también fue sensacional para su equipo, especialmente tras la lesión de Rashaad Penny. En duelos en que el rookie procedente de Michigan State llevó el balón quince veces o más, Seattle, un conjunto eminentemente corredor, ganó seis partidos y perdió solo uno. Viendo los números de Hall y Walker, ¿no vale la pena asegurarse un running back sólido en los primeros compases del draft?

Haciendo un repaso de los últimos ocho drafts, tenemos solo cinco running backs  elegidos entre los diez primeros jugadores. Curiosamente, ninguno en los últimos cuatro años.

Draft 2015:

Todd Gurley, décima selección procedente de la Universidad de Georgia, por los St. Louis Rams. No cabe duda, que Gurley protagonizó, junto a la llegada de Sean McVay, el revolucionario cambio en unos Rams que antes eran meros comparsas en la NFL. El corredor promedió más de 1.000 yardas y 10 touchdowns en sus primeras cinco temporadas, rompiendo las estadísticas de la liga en su tercera campaña con más de 2.000 yardas totales. Como decíamos, su efectividad duró solo cinco años, pero cinco grandes años para los Rams.

Quarterbacks elegidos antes que él: Jameis Winston (1ª selección) y Marcus Mariota (2ª).

Draft 2016:

Ezekiel Elliott, cuarta selección procedente de Ohio State, por los Dallas Cowboys. El impacto inmediato de Elliott fue impresionante, liderando la NFL con 1.631 yardas de carrera en su primera temporada. Junto a la llegada de Dak Prescott, Dallas confeccionó un ataque imparable que le llevó a una marca de 13-3, la mejor en la NFC. Elliott realizó cinco grandes primeras campañas en la liga, promediando 1.277 yardas por año y encabezando de nuevo la NFL en 2018 con 1.434 yardas de carrera.

Quarterbacks elegido antes que él: Jared Goff (1ª selección), Carson Wentz (2ª).

Draft 2017:

Leonard Fournette, cuarta selección procedente de Louisiana State University, por los Jacksonville Jaguars. La llegada de Fournette a los Jaguars también produjo un gran revulsivo en Jacksonville. El running back superó las 1.000 yardas terrestres, los Jaguars ganaron su división y disputaron la final de conferencia. Tras dos años irregulares, recaló en Tampa Bay, donde ayudó a los Buccaneers a conquistar la Super Bowl bajo la batuta de Tom Brady.

Christian McCaffrey, octava selección procedente de Stanford University, por los Carolina Panthers. Desde sus primeros partidos, McCaffrey se convirtió en el running back total en la NFL, sobrepasando las 1.000 yardas entre el juego terrestre y el aéreo en sus primeras tres temporadas. En 2019, superó las 1.000 yardas tanto en carrera como en recepción, totalizando la friolera de 2.392 yardas y 19 touchdowns. Las lesiones lo frenaron en sus dos siguientes campañas, hasta que fue traspasado a los 49ers esta última temporada, teniendo un gran impacto para San Francisco al superar las 1.200 yardas totales en solo doce partidos.

Quarterback elegido antes que él: Mitch Trubiski (2ª selección).

Draft 2018:

Saquon Barkley, segunda selección procedente de Penn State, por los New York Giants. Barkley sin duda ha sido la apuesta más fuerte al ser elegido en la segunda posición del draft. También generó un impacto inmediato en los Giants, sobrepasando las 1.000 yardas y promediando más de 4,5 por acarreo en sus primeras dos temporadas. Las lesiones hicieron mella en él en su tercera y cuarta campaña, pero se recuperó en esta última, siendo una pieza clave en el esquema de Brian Daboll, al registrar su mejor año en la NFL en acciones de carrera con 1.312 yardas.

Quarterback elegido antes que él: Baker Mayfield (1ª selección).

Por supuesto que escoger un running back entre las primeras diez elecciones del draft es enormemente arriesgado. Puede salir un enorme bust, pero esto también puede ocurrir en otras posiciones. Viendo los últimos corredores que salieron entre los diez primeros de sus respectivos drafts, observamos que los quarterbacks elegidos antes que ellos tampoco han “dominado” la NFL que digamos: Winston, Mariota, Goff, Wentz, Trubiski, Mayfield…

Entre los cuatro quarterbacks que presumiblemente serán escogidos en abril dentro de las diez primeras elecciones del draft, C.J. Stroud, Bryce Young, Anthony Richardson y Will Levis, ninguno me transmite una seguridad total. No estamos hablando de Joe Burrow ni de Trevor Lawrence. Seleccionar uno de ellos es una apuesta muy arriesgada, mucho mayor, a mi manera de ver, que elegir a Bijan Robinson.

@Rafa Cervera


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