Santiago Tomasi


No suelo ser muy crítico con los entrenadores porque normalmente ya se llevan los suficientes palos y a veces son inmerecidos, pero el trabajo de Staley es sencillamente extraordinario para mal. La defensa de Chargers no solo no ha mejorado desde que ha llegado, es que cada semana pinta un poco peor que la anterior, en este caso permitiendo a Jordan Love más de 300 yardas de pase y con momentos espectaculares como que te completen más de 4 terceros downs de más de 10 yardas. ¿Puede ser culpa de los jugadores? Puede, si no fuese porque la cobertura con más de 5 yardas de colchón con el receptor se mantenía en cualquier tipo de situación, como si fuese algo mágico que iba a funcionar después de no funcionar en todo el partido.

Y como en la película de 2003 con Daniel Brühl, el planeta está haciendo un esfuerzo muy grande porque Staley no descubra que ya es un hombre más que muerto. Su rueda de prensa post-partido rozó la histeria absoluta, intentando convencer al planeta de que los Chargers habían jugado bien y mala suerte. La realidad es que el único que hizo un gran partido fue Justin Herbert, en otro festival del drop, los fumbles y lo que quiera que quiso hacer Quentin Johnston en un balón donde prácticamente tenía garantizado el TD si lo recibía. O Keenan Allen con un balón atravesándole el pecho, también en red-zone, el caos garantizado. Staley va a ser despedido y es difícil que encuentre un lugar en la NFL después de habernos dado la peor experiencia defensiva de un coordinador defensivo en mucho tiempo. Es duro decirlo, pero el debate de los 4 downs, que a mi me parecía absurdo, ha sido lo único en lo que al menos no estaba lanzándose contra un muro de cabeza y sorprendiéndose luego del resultado. Solo queda esperar que el siguiente HC de Chargers deje de intentar reinventar la rueda para ganar.

Payton resucita a la semana 11

cnn.com


Reconozco que Sean Payton es una de las figuras que peor me caen de toda la NFL, pero hay que reconocerle el mérito de darle la vuelta a la temporada, con un equipo que ha empezado a competir. Es cierto que los turnovers (algo que suele ser absolutamente impredecible) le están ayudando a conseguir las victorias, pero la realidad es que ya son un equipo competitivo y eso es muchísimo si lo comparamos con por ejemplo el desastroso partido contra los Miami Dolphins. Merito aparte merece Vance Joseph, el cual parecía despedido (y justamente) en la semana 5, y ahora mismo ha conseguido mantener a un buen equipo como los Vikings en un partido tremendamente igualado.

Es difícil valorar aun así a unos Vikings que mezclan como siempre los infartos, con las lesiones y con un juego extraño. Los fumbles siguen existiendo, y obviamente Joshua Dobbs cometió fallos, incluyendo su desastrosa intercepción, pero sorprendentemente, me está gustando. Es obvio que no es un QB del máximo nivel y que los Vikings no van a poder hacer mucho esta temporada, pero tanto su trabajo como su esfuerzo debería ser suficiente para ser el QB1 de algún equipo en 2024. Lo veo complicado, pero me sorprendería muy poco que algún equipo que draftee pronto en el Draft no decida tenerle para que sea su primera opción en la semana 1 después de haber pasado ya por 6 equipos en menos de 2 temporadas. El trabajo de un journeyman en la posición de QB te obliga a viajar, de eso no hay ningún tipo de duda.

La AFC Norte, la Gotham de los QBs

Con la lesión de Joe Burrow y la de DeShawn Watson (a pesar de que estaba haciendo una mala temporada), la AFC Norte es la primera conferencia que se queda verdaderamente huérfana de QBs con solo Lamar Jackson jugando a un buen nivel, dos suplentes y un Kenny Pickett que no está siquiera cerca de encontrar el ritmo necesario para ser un QB del máximo nivel en la NFL. Y con todo eso, seguramente acabemos viendo a 3 de los 4 equipos (si no a los 4) en el Playoff porque esta es la maravillosa paradoja de esta división. En una conferencia donde es casi imposible definir el top 5 de QBs debido al talento que hay, los equipos avanzan, gracias en gran parte al estilo y la cultura que han implantado sus entrenadores, aunque a veces sea insuficiente para alcanzar una SB.

El caso de Tomlin para mi es la firme demostración de que es muy difícil ser tan competitivo haciendo menos en el campo. Sin estar en una sola estadística importante salvo los Turnovers en el top 10, el equipo sobrevive anualmente y parece imposible que caiga en un récord negativo a pesar de que el ataque funciona de una forma horrenda. Por parte de los Ravens, Harbaugh es uno de los mejores entrenadores, a pesar de que sigue con dificultades para cerrar los partidos. Sé que en ambos casos, su propia afición está cansada de ellos y se plantea si es el momento de despedirles, pero para mi, ambos junto a Carroll son los que capacitan a sus equipos para poder seguir compitiendo a pesar de que los rosters están cada vez en una peor situación.

Case Keenum Special para felicitar Acción de Gracias

Craig Lassin/EPA


No sé muy bien porque, pero este fin de semana me han vuelto los recuerdos de 2017 y del maravilloso año que nos dio Case Keenum en los Vikings, el año de la final de conferencia tras el Minnesota Miracle. Y es curioso, pero posiblemente un jugador que no va a ser relevante en ninguna estadística oficial y que solo será recordado por una jugada se va a quedar en mi corazón de por vida. No elegimos aquello que nos apasiona, pero sí que aprendemos con el tiempo a disfrutarlo y sobre todo a valorarlo. Todos tenemos en nuestro corazón un jugador, un entrenador, un coordinador o incluso algo del estadio que nos entrelaza de por vida con ello, aunque esté a más de 1000 kilómetros de distancia.

Estamos en la semana de Acción de Gracias y creo precisamente que por eso quiero hablar de Keenum y quiero darle las gracias. La historia de un QB suplente que estuvo seis años en universidad, que sufrió lesiones de todo tipo, que durante años solo estuvo como suplente del suplente y que solo calentaba el sitio para Jared Goff, acabó a solo 60 minutos de poder haber sido un campeón de la SuperBowl en la posición más complicada. No es mucho, y seguramente la gente se burlará de ello, pero historias como la de Case, su artículo sobre la nieve y como los vecinos le habían ayudado, son las cosas que me siguen uniendo a la NFL. Y seguramente las que me sigan uniendo cuando pasen los años y siga recordando una final de conferencia como si los Vikings hubiesen ganado algo. Gracias a todos y cada uno de los jugadores, entrenadores y personas que hacen que nuestras vidas sean un poco más felices los fines de semana y que nos permiten olvidarnos de las semanas difíciles.  

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Por Santiago Tomasi


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